La impavidez me está matando; juego con el fuego, y aún así, este no me quema. Soy frágil ante el azotador viento, débil ante los fuertes rayos del sol, susceptible ante el agua que ahoga, pero no ceso jamás. Quizás deba aprender, quizás deba morir ya, pero los intentos no bastarán. Siempre me mantendré así, alborozada ante el peligro. Y si el impacto al caer fuere grave, también me mantendré así... impávida ante el destino.
hay veces que la única forma de defendernos es que todo pase desapercibido. Hay veces que nos creamos un escudo para no volver a sufrir y es nuestra única esperanza para poder seguir de pie ante todo, es ese pequeño escudo lo que nos defenderá de los demás, pero también nos alejará de muchas cosas, que quizá algún día nos arrepentiremos.
ResponderEliminarbesos y suerte =)
Muy bello. Me encanta leerte cada vez que te visito. Besos y sigue escribiendo.
ResponderEliminarLa impavidez es una de las grandes cosas que nos abren camino en la vida. La llave infalible y dorada que tienen pocos seres humanos. Pero es la cobardía, la instintiva cobardía, la que nos hace ceder a distintos peligros.
ResponderEliminarPor ende el viajero que no desea perderse en estos intrincados caminos tiene que tener ambas llaves...sino, está encerrado en sí mismo.
Un saludo!
Sigue escribiendo, me encanta.
ResponderEliminarSiento no haberme podido pasar mucho por aqui pero espero que estes bien.
Un beso ^^
Disculpa mi atrevimiento.............Te agradecería a tí a cuant@s pasan por tu blog entréis en este blog y apoyéis .
ResponderEliminarhttp://justiciaparamaores.blogspot.com/
MUCHAS GRACIAS
Tu blog me agrado mucho, no había publicado desde hace un buen tiempo, y nunca había vbisto tu comentario, Me pasare mas seguido por esto lares, saludos!
ResponderEliminarmorir es una forma de volver a nacer
ResponderEliminarbuen texto.