sábado, 27 de diciembre de 2008

Yo la vi

Ella aborrece su entorno.
Ella está cansada de amar
Yo la vi.
Ella está perdida
Ella no conoce su interior
Ella concibe eternos arrepentimientos
Yo la vi.
Ella no comprende, no sabe
Ella quiere llegar allí, lejos
Ella vuelve a caer
Y no quiere
Y lo sé, porque yo la vi.
Ella no alcanza la luz
Ella no lo merece
Ella no encuentra el fin
Y lo sé, porque parada enfrente del espejo
la vi.

sábado, 13 de diciembre de 2008

No me olvides



Si al fin de cuentas no soy nada... abandóname
Quiebra mi alma con tus sutiles manos
Desgarra mi corazón cuando, a lo lejos, me ignores
Si así lo deseas, búrlate de mí, ríe de mi pasión
Alimenta mi ansiedad cuando te vea y no me hables Enciérrame en un entorno indiferente
Y si es necesario, aborréceme... en silencio o no
Pero te pido que no hagas algo. No me olvides.
Aunque tus labios impetuosos desearan insultarme
Aunque tu ceño se frunciese furioso ante mi presencia
Aunque entre confusiones comenzaras a odiarme
Por favor... no me olvides.


Opino que las personas sólo mueren cuando se las olvida. Así como los difuntos permanecen vivos si se los recuerda, los vivos pueden expirar a la nada si son olvidados. Yo estoy viva literalmente; por eso no quiero perecer y aún seguir escuchando los latidos de mi corazón.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Hoy y ayer


Hoy vuelve a dominar la indiferencia ante lo que ayer me alegró inverosímilmente.
Hoy vuelvo a extrañarte de una manera ilógica.
Hoy perdí ante el desgano.
Hoy quiero sumirme en tus brazos y vivir a tu lado.
Hoy deseo que puedas decirme un "te amo", aunque no sea verdadero.
Hoy deseo poder decirte un "te amo", siendo completamente verdadero.
Hoy quiero ver tus ojos fulgentes.
Hoy anhelo encandilarme con ellos.
Hoy lloro por ti... otra vez.
Hoy imagino tus labios sobre los míos.
Hoy todo vuelve a estar vacío porque ya no estás aquí.
Hoy suspiro esperando verte mañana.
Hoy tengo ganas de gritar al mundo que te amo, y que este me lleve a tus pies.
Hoy quiero hablarte, mirarte, acariciar tus facciones perfectas.
Hoy deseo más que nunca que vuelvas a explicarme el sentido de mi vida, el que tú supones como tal, ya que sólo me bastaría con ver tu cuerpo esbelto y tu presencia acogedora para darme cuenta de que tú eres por lo que vivo... aunque a la vez yo esté muriendo.
Ayer me consumía la ansiedad.
Ayer esperé con sonrisas ese mágico momento.
Ayer te vi, caminando con tus pasos majestuosos.
¡Ayer te hablé! Y tú me sonreiste y halagaste, y extrañamente, me sentí satisfecha.
Ayer te cruzaste en mi camino muchas veces, aún cuando no lo pude predecir.
Ayer grité una mentira piadosa que no era para ti, aunque creo que la escuchaste y esbozaste una sonrisa tímida. ¡Ay, si supieras cómo deseo besarte en esos momentos en los que tu rostro denota picardía...!
Ayer te conté uno de los motivos que alegraron mi día.
Ayer no me miraste indiferente como lo solías hacer; ayer me saludaste y me preguntaste cómo estaba.
Ayer, finalmente me fui de allí, pero ya no con lágrimas, sino con alegría. Y qué curioso ha sido que luego, distraída, reapareciste en mi camino, justo en frente de mí, como si hubieses sido una escultura gélida que merecía ser contemplada por mis ojos emocionados.
Ayer se desvaneció la angustia por tu ausencia.
Ayer la felicidad volvió a colmarme con su entorno adorable que yo añoraba.
Pero todo eso sucedió ayer... y no hoy.

jueves, 4 de diciembre de 2008

No te vayas


No te vayas, quédate un minuto más

Déjame despedirte, preguntarte a dónde vas

Y no me hagas llorar, pensando en tu partida

Sabiendo que no hay vuelta, sino sólo una ida

Dos, tres, cuatro lágrimas que te recuerdan

Dos, tres, cuatro lágrimas que nunca te olvidan...


(9 de septiembre de 2007)