Me carcome lentamente la ansiedad...
la ansiedad y la espera por algo que nunca sucederá, por aquéllo que sueño y anhelo con los ojos cerrados.
Cada vez me cuesta más vivir, amar ofuscadamente. Cada vez me cuesta más mentir; esconder esta ahogada realidad. Y decirle un "te amo" al viento, para que él te rocíe la mejilla como una suave caricia y te susurre al oído las palabras que día a día te dedico.
Porque sé que estamos tan distantes
y hace tanto frío en nuestros corazones...
Tu ausencia se llevó la calidez de mi ser, y cada día me enfrío y endurezco un poco más... Tal vez termine así, como tu rígida e imbatible figura...
Ajada, vacía
triste y a veces, perdida.
"Mañana nunca se sabe", me dijeron
y entonces encontré un motivo para vivir.