Hoy me pregunté si es posible vivir por inercia, seguir sólo por una persona, pensar en alguien en cada milésima de segundo de la vida, como si el resto de las cosas, el resto de las personas fueran sólo un entorno al que se es indiferente, y como si en todo lo que se hace pudiera aparecer aquel amor persistente. Me pregunté si se es posible pensar en dos cosas a la vez, en algo usual, y en un ser amado que se implanta como un recuerdo imborrable y constante que parece no querer marcharse. Como si se tratara de algo así como un amor incandescente no correspondido.
Me pareció un tanto exagerado... ¡a tanto grado de dependencia se puede llegar!
Y entonces fui a mi habitación y me miré al espejo. <Qué absurdo>, pensé; e inevitablemente se me escapó una sonrisa.
Porque del otro lado del espejo, estabas vos.
[Pero qué cierto]